Cabina aislada de control

Esta ficha proporciona información técnica sobre cómo implementar en el puesto de trabajo cabinas aisladas de control para los trabajadores que estén expuestos a polvo de sílice cristalina. El objetivo es alejar del foco contaminante al trabajador y protegerlo frente a la exposición de este agente cancerígeno. El aislamiento físico del trabajador mediante cabinas consiste en conseguir que en el interior de las mismas el aire esté, lo máximo posible, exento de contaminantes.

Es posible que, según las circunstancias específicas de cada caso, no sea necesario aplicar todas las medidas indicadas en esta ficha para minimizar la exposición a sílice cristalina respirable y se deba optar por seleccionar las más idóneas y apropiadas.

Procesos y equipamientos

Cuando las actuaciones sobre el foco u origen del polvo no sean suficientemente eficaces para eliminar el riesgo, se puede evitar que el contaminante entre en contacto con la zona de respiración del trabajador mediante el aislamiento del mismo en cabinas de trabajo.

Los puestos de mando, control y manejo de los equipamientos se situarán en el interior de cabinas aisladas.

Dotar a las puertas y ventanas de gomas a lo largo de todo el perfil que permitan un cierre estanco y emplear, preferiblemente, puertas con sistemas de cierre hermético.

Mantener en todo momento las puertas y ventanas cerradas, dotarlas de resortes o sistemas equivalentes que obliguen a su cierre de forma automática. Se recomienda el sellado de las ventanas practicables o su sustitución por ventanas fijas.

Adecuar la rutina de trabajo a permanecer el máximo tiempo posible dentro de la cabina para evitar sobreexposiciones de corta duración que invaliden la protección que la misma ofrece. Valorar la necesidad de utilizar protección individual adecuada cuando se abandone la cabina para la realización de alguna tarea.

Las cabinas deben disponer de un sistema de suministro de aire limpio y de extracción al exterior. El sistema de suministro de aire debe estar dotado de un filtro de alta eficiencia (tipo HEPA o similar).

Las cabinas deben tener un sistema de control de la temperatura interior que permita la climatización adecuada y evitar de esta forma la apertura de puertas y/o ventanas para ventilar.

Asegurar que las paredes, suelos y techos de la cabina ofrezcan unas características aislantes óptimas. Todas las ranuras, orificios y aperturas prescindibles deben ser selladas de forma adecuada.

Para el paso de cables y otras conducciones, se recomienda emplear sistemas que no disminuyan el aislamiento de la cabina.

Las cabinas de control fijas se ubicarán lo más alejadas posibles de los focos de producción de polvo, o de las corrientes de aire dominantes, sin alejarla demasiado de la zona de trabajo, en un nivel ligeramente elevado con respecto al área a controlar, que permita un mayor visionado de la misma. Para facilitar esto último, se debe disponer de la mayor superficie acristalada posible.

Emplear muebles y suelos que sean fáciles de limpiar, libres de elementos que puedan absorber el polvo (alfombras, cortinas, etc.) o retenerlo (emparrillados, rejillas).

Situar en el panel de control, todos los órganos de accionamiento de los equipos que tiene a su cargo. Así mismo, incluir dispositivos de advertencia y señales de alarma, que avisen al operador de las situaciones más problemáticas que se puedan dar a lo largo de la jornada.

En el caso de ser necesarias aperturas en la cabina para paso del proceso productivo (por ejemplo, una cinta transportadora), se implementarán elementos (por ejemplo cortinas de goma) o medios de supresión de polvo adicionales (extracciones, humectación), tanto a la entrada como a la salida.

En el caso de instalaciones atendidas por varios operarios, se recomienda el uso de sistemas de comunicación interna, que permitan una buena coordinación entre ellos.

Implementar un circuito cerrado de video que permita el visionado de la mayor parte de los puntos conflictivos del área de trabajo que tenga a su cargo el trabajador, disminuyendo de esta forma el número de salidas al exterior.

Se recomienda el uso de superficies homogéneas con esquinas redondeadas, resistentes al desgaste y con un color llamativo que resalte la presencia del polvo.

La cabina debe presentar cristales en perfecto estado que eviten la entrada de polvo en el interior del vehículo.

Asegurar la máxima visibilidad de la retroexcavadora mediante la limpieza de los retrovisores, parabrisas y espejos.

Verificar que la cabina esté limpia, sin restos de aceite, grasa o barro y sin objetos descontrolados en la zona de los mandos.

Se recomienda mejorar la visibilidad de la parte posterior dotando al equipo con espejos adicionales y/o cámara de visión trasera.

Emplear elementos de comunicación (manos libres, comunicadores de radiofrecuencia, etc.) con el personal encargado de dirigir las operaciones que eviten que el operario baje las ventanillas o abandone la cabina del vehículo.

Situar los equipos móviles a la sombra, en períodos de inactividad largos, especialmente en verano para mantener una adecuada temperatura. En equipos con sistemas de ventilación y climatización implementar un adecuado mantenimiento de los filtros.

Se trata de efectuar la ventilación de un local, en este caso una cabina aislada, o espacio determinado provocando dentro del mismo una sobrepresión, esto es, que exista una presión superior a la del ambiente exterior que envuelve el local.

Esto se consigue con la impulsión de aire filtrado al interior del local, provocando un aumento de la presión en el mismo, que conlleva el desplazamiento del aire almacenado, y su salida al exterior por aberturas dispuestas al efecto y/o por los orificios, rendijas, intersticios de la construcción o porosidad de las paredes, techos y suelos. Este flujo constante de salida, supone una barrera que evita la entrada de aire contaminado del exterior.

Las aberturas de salida, deben estar dotadas de sistemas de filtrado, para evitar la entrada de aire contaminado, cuando el sistema este apagado.

Las posibles “salidas” de aire, se deben situar en la pared opuesta a la entrada de aire, preferentemente en el nivel inferior (hay que situar las “entradas” en un nivel superior).

Se puede complementar el sistema, con equipos de extracción de aire en las “salidas”, pero siempre con un caudal inferior al de entrada.

El sistema debe estar dotado de sistema de climatización del aire introducido, para evitar contrastes elevados.

Se recomienda la automatización del sistema, de tal forma, que su funcionamiento este asociado a la presencia de trabajadores en el interior del local, evitando el encendido y apagado manual, y la aleatoriedad que ello supone.

Limpiar periódicamente los filtros y conducciones del sistema de aire. Se deberá fijar la periodicidad mediante un Plan de Mantenimiento Preventivo en función de las concentraciones ambientales de polvo mineral y de polvo de sílice ya que podría requerir una frecuencia diferente a la establecida por el fabricante.

Mantener limpios los accesos a las cabinas, limpiándose el calzado antes de acceder al interior de las mismas, para disminuir la suciedad introducida (p.ej. con alfombrilla, que a su vez sea fácil de limpiar). En vehículos, mantener limpios los peldaños y asideros.

Revisar las gomas de los aislamientos, en particular las de las puertas para garantizar la estanqueidad de las cabinas.

Recargar periódicamente los sistemas de aire acondicionado que aseguren el confort térmico en el interior de las cabinas.

Disponer de un sistema de aspiración apropiado para la limpieza en el interior de la cabina o medios húmedos permitidos.

Utilizar cabinas homologadas por el fabricante en los vehículos y maquinara móvil.